lunes, 16 de junio de 2008

TRATAMIENTO DE LAS LESIONES MUSCULOESQUELETICAS AGUDAS EN CABALLOS DEPORTIVOS

Las lesiones musculoesqueléticas tratadas con éxito son en gran medida el resultado de un tratamiento de emergencia apropiado. Las lesiones musculoesqueléticas comprenden la mayoría de los problemas con los que deben lidiar los veterinarios de equinos.
Las fracturas, luxaciones, laceraciones y heridas punzantes son algunas de las lesiones que uno puede encontrar en la práctica equina. Varias situaciones requieren un apoyo y tratamiento temporarios para derivación. Es necesario saber cómo asistir los distintos tipos de lesiones y administrar las mejores medicaciones para mantener al paciente equino calmado y minimizar el dolor y mayores lesiones.
En las situaciones de emergencia, el primer paso importante en el manejo es mantener al caballo en un estado calmo con el uso de sedantes y tranquilizantes. Esto lo protege de nuevas lesiones y de dañarlo a uno mismo.
El manejo del dolor se ha convertido en un factor sumamente importante en la medicina veterinaria y las lesiones musculoesqueléticas con frecuencia son la causa de un dolor intenso. Los opioides están indicados para ayudar a reducir el dolor que acompaña a la mayoría de las patologías del sistema musculoesquelético. Debe obtenerse una anamnesis precisa antes de la administración de cualquier fármaco.
Una vez calmado, el equino debe examinarse en forma completa. Todo sangrado visible debe controlarse como si fuese riesgoso para la vida del animal. Si la lesión involucra un miembro, que es el caso más común, la estabilización del mismo con una férula, vendaje o yeso debe seguir al examen.

El tipo de inmovilización depende de la localización y gravedad de la lesión. Las lesiones ortopédicas abiertas deben limpiarse previo a la colocación de un soporte.
Las fracturas en distal del radio o el tarso deben protegerse con un yeso o férula para minimizar la lesión de los tejidos blandos. Las fracturas del radio y la tibia suelen ser abiertas y más difíciles de inmovilizar.
Una férula de Thomas modificada es ideal para las fracturas de tibia que son tratables. Las férulas de los miembros anteriores deben colocarse sobre la cara dorsal del miembro y las férulas posteriores sobre la superficie palmar.
Las fracturas de falanges, ruptura de nudos o del tendón flexor y luxación de las articulaciones bajas pueden mantenerse con el uso de férulas comerciales. Se pueden utilizar férulas de madera o metal en un vendaje para ayudar a estabilizar las lesiones carpianas y del corvejón en el potrillo.
Las lesiones en las articulaciones requieren diagnóstico de emergencia y acompañarse de lavado con antibióticos sistémicos e intraarticulares. La artritis séptica suele requerir derivación a un hospital donde pueda realizarse un drenaje articular.
Diagnóstico
Pueden tomarse radiografías en la granja luego de evaluada la lesión y estabilizado el animal. Estas son necesarias para determinar las opciones terapéuticas. Si el dueño está deseoso de seguir con el tratamiento a toda costa, el animal puede ser enviado a un hospital de derivación y allí tomarse las radiografías.
El ultrasonido y la centellografía son otras herramientas de diagnóstico útiles. Varios factores determinan el plan de tratamiento para cada caso individual. Estos dependen de la intención de uso del animal, la buena voluntad financiera del dueño, la experiencia del veterinario y el tipo de lesión a mano.
Pronóstico
El pronóstico para las lesiones musculoesqueléticas depende de la ubicación y gravedad de la lesión, así como también de la edad y peso del caballo. Las fracturas cerradas distales al radio o tarso tienen el mejor pronóstico. Las fracturas radial y tibial con frecuencia son abiertas y por ello el pronóstico es grave.
En estos casos se suele recomendar la eutanasia. Las fracturas proximales del fémur y por encima de esa zona están rodeadas por una gran masa muscular y por lo tanto están bien protegidas de una fractura abierta. El vendaje de esta área es dificultoso y a menudo innecesario.
Además de las lesiones que comprometen los huesos de los miembros, los veterinarios deben estar preparados para enfrentarse con otras lesiones musculoesqueléticas que incluyen laceraciones, lesiones de tendones y heridas punzantes. Las laceraciones suelen ser emergencias que aparecen comúnmente y en estos casos la profilaxis contra el tétanos y la terapia antibiótica están justificadas.
Las lesiones por ruptura de tendones pueden estabilizarse en forma temporal con el uso de una férula de cartón o una de Kimzey, que mantiene al miembro distal en flexión permanente para evitar la hiperextensión de la articulación e inducir una lesión adicional al área en cuestión.
Las lesiones punzantes del casco requieren de un tratamiento muy agresivo y muy cuidadoso. Una radiografía del pie con el objeto penetrante en el lugar es una buena forma de determinar la extensión de la punción. No indague dentro del área, ya que esto puede provocar más daño.
Las lesiones musculoesqueléticas agudas en el equino son comunes y muchas veces desafiantes. Requieren de capacidad para evaluarlas y aconsejar apropiadamente al dueño sobre las opciones de tratamiento, requiriendo con frecuencia una derivación.
Los aspectos más importantes del manejo de las lesiones de emergencia de esta naturaleza consisten en mantener calmo al caballo, minimizando el dolor y estabilizando la lesión para el transporte al hospital.
También es muy importante considerar la situación del propietario teniendo en cuenta el uso del caballo y la inversión financiera en el tratamiento. Esto va a determinar el plan terapéutico y por último el pronóstico para el paciente.

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